CUENTOS DE LA ABUELA GUARICHA.


¡Estas han sido las historias más importantes de nuestros país pero aún quedan muchas otras por conocer! Te invito a que sigas buscando, explorando y aprendiendo de todas las comunidades y organizaciones indígenas que puedas. La gran mayoría de ellas tienen una historia única de lucha, resistencia y recuperación de lo propio que te inspirarán y enseñaran mucho de lo que hoy en día significa ser indígena.
OPIAC (Organización Nacional de los Pueblos Indígenas de la Amzonía Colombiana) es un de comunidades pertenecientes al territorio amazónico de Colombia que buscan lograr una unidad solidaria, coordinada y representativa en términos políticos de sí mismas. Su objetivo principal es hacer respetar los derechos y tradiciones de las comunidades de dicho marco territorial y cultural frente a entidades nacionales e internacionales. Esto lo logran con la participación en congresos, foros, consultas populares, representación política y talleres de educación y construcción para sí mismos.

Este es el gran territorio de la amazonas colombiano. Este territorio permaneció durante mucho tiempo sin contacto con los procesos de conquista del interior del país. Solo el avance hacía tierras más fértiles y la busqueda de riquezas así como por las rutas de comercio que las comuniaddes han tenido permitieron el acceso a ellos. En la actualidad esta tierra es en la que existen una mayor cantidad de comunidades indígenas de diferentes etnicas y en distintos territorios. Su unidad se encuentra en la formación en 1985 de la OPIAC.
Tercera Parte: Más Allá de la Representación Política
La historia en este territorio comienza en realidad a finales del siglo pasado, en 1880. En ese entonces nuestras comunidades indígenas vivían separadas y a partir de los recursos que ellos mismos producían y obtenían del territorio. Con la llegada de los primeros colonos desde el centro del país nuestros ancestros conocieron en primera persona las ideas de país que se habían construido en el altiplano cundiboyacence desde hacía ya varios años. Su relación con aquellas comunidades del centro había sido solo por comercio a distancia o por voz, pero nunca habían tenido tantos visitantes como en aquella época.
La poca presencia de agencias del estado colombiano no daba claridad de su papel en nuestro territorio, así que en realidad ellos eran recibidos como visitantes o como personas de paso en lugar de ser autoridades. El verdadero control comenzó cuando estos nuevos llegados empezaron a saber que nuestro territorio tenía tantos recursos para ofrecer como lo eran el caucho, el oro, la caña de azúcar y demás. Se hicieron desde aquel entonces negocios y contratos de trabajo informales con nuestros ancestros para que ellos extrajeran, recolectaran y movieran estos productos a pequeños asentamientos de aquel entonces como Puerto Inirida o San Fernando de Atabapo. Sin embargo, estos "contratos" no eran tan buenos como parecían, ya que obligaban de forma sutil a que los indígenas trabajaran para estos hacendados por sumas muy bajas de dinero y otros intercambios desiguales.
Los "parientes", así como llamaban a nuestros ancestros los inmigrantes del centro, trabajaron así por muchos años hasta casi mitades del siglo pasado. En todo este tiempo siguieron migrando personas del centro para fundar casas, haciendas y fincas donde explotaban la tierra, comerciando con nosotros de la misma manera. El gran problema de esta época es que comenzó la violencia en el país, lo que trajo a grupos armados ilegales a nuestra región, empeorando las condiciones de vida y de trabajo de nuestros ancestros. Desde ahí hasta el año 1970 hubo un gran control y organización de nuestras comunidades según lo que indicaban estos grupos que tomaron control debido a la ausencia del gobierno en la región. Así mismo tuvimos visitas de varios grupos misioneros cristianos y evangélicos, entre ellos el más importante fue el de la señorita Sofía Muller. Ella nos enseño a leer y hablar en español con el nuevo testamento de la biblia, nos ayudó a organizarnos mejor entre nosotros y nos permitió conservar nuestras lenguas al enseñarnos los cultos evangélicos en nuestro idioma.
La OPIAC nace ya en el año 1995 gracias a que nos reunimos con varios representantes del estado en Mitú con el fin de conformar una organización que fuera nuestra voz representativa para hacer valer y respetar nuestros derechos, tradiciones y territorio de manera propia. Esta organización no solo surge como una forma de respeto y autoridad, también nos ha servido para comunicarnos entre nosotros y realizar actividades y juntas para educarnos, informarnos y prepararnos para poder tener cada vez mayor control sobre nuestros asuntos. Somos 56 pueblos indígenas los que hacemos parte de la OPIAC y habitamos ancestralmente 31 de los 32 departamentos en los que esta dividido el país. También hacemos parte de la COICA como representante en Colombia. Nuestra organización es en forma de resguardos indígenas con gobernantes propios que son nuestra autoridad máxima frente al estado. Esto nos ha ayudado a discutir y negociar varios proyectos y leyes en favor nuestro con los ministerios de educación, medio ambiente y desarrollo.
Un ejemplo de esto último fue lo que sucedió el pasado 13 de Septiembre cuando negociamos con la ministra de educación un plan de educación propia que tuviera apoyo con planes de alimentos y de construcción de escuelas que nos ayudara en el desarrollo de una mayor autonomía al momento de educar lo más importante: los niños. Este ejemplo muestra que la OPIAC sirve para nosotros como la OREWA lo es para nuestros compañeros indígenas de otras regiones del país; somos organizaciones que representan de forma política y social a los pueblos indígenas de diferentes regiones del país. Son nuestras pequeñas de recuperación de derechos y libertades que por muchos años se nos negaron y fueron olvidadas, pero que son poco a poco son tan importantes para todo el país como siempre lo han sido para nosotros.

