Hace más de 400 años  en el altiplano cundiboyacense, se vivió una lucha por la autonomía del territorio y su cultura.Te contaré particularmente de un enfrentamiento en el pantano de Vargas.

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En un extremo estaban aquellos que se hacían llamar “conquistadores españoles” con armas, espadas, escudos y jinetes a caballo. Al otro lado los guerreros indígenas con lanzas cubiertas de penachos de plumas y diademas de oro, petos, brazaletes y otras joyas utilizadas por autoridades muiscas.

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Los indígenas hacían resistencia en sus tierras a la invasión de los conquistadores españoles, prepararon estrategias de defensa y ataque, consolidaron un ejército con los guerreros de toda la zona de tunja  y boyacá. A través del discurso indígena  se animaban a la lucha por  territorio, su forma de vida y su poder de decisión  en él. Se invitaba a todos que participaran  en el combate. Paralelamente los  conquistadores españoles hablaban de  su  llegada al nuevo territorio descubierto como dominio y poder sobre él y sus gentes,los indígenas .

Las armas de los españoles generaron miedo por su gran dimensión y rareza entre los indígenas, más aún acompañados por los  jinetes en caballos que  les permitían movimientos mas rápidos en el terreno. Las armas de los indígenas permitieron el dominio en muchos ocasiones del combate, pero el terreno pantanoso y la retirada de muchos guerreros  les trajo muchas desventajas.

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Dentro de los guerreros Muiscas había uno en especial que comandaba la defensa indígena, él se llamó Tundama, era cacique de estos pueblos y su rol principal fue organizar la estrategia para ese combate. Se le reconoce como el Cacique valiente que no permitió ninguna forma de dominación por parte de los conquistadores españoles.  él entendía las consecuencias que traería  si se llegase a   permitir la entrada a sus territorios a los españoles. Por eso  inició la defensa y lucha  en  este combate por su territorio y  autonomía.

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Los españoles en medio de la guerra, con sus caballos y espuelas tumbaron y arrasaron a los indios, la ventaja del terreno daba para valerse de las armas españolas. Tundama peleo aún viendo roto su ejército, donde alentaba a los indios para que continuaran en la batalla y murieran  por honra.

Es conocido que murieron en esta batalla y en otras anteriores  más de cuatro mil indígenas, siendo otros tantos casi los heridos.

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